Ese primer olor fuerte inundando mis sentidos esta vez fue el calor de la ciudad. Qué gran recibimiento “el sol de Piura” tan intenso y bello como siempre.
Ciudad de contrastes. Ciudad de gente buena. Ciudad de grandes retos, de proyectos por hacer. Ciudad de Perú. Ciudad de ciudades.
Cuatro años han pasado desde que la vida me regaló la posibilidad de participar en CANAT, jugando y aprendiendo con los chicos en las Vacaciones Divertidas. Desde ese momento, no ha pasado un día que no recuerde en mi corazón tanto color y tanta emoción.