Me he preguntado muchas veces a lo largo de estos años sobre el sentido de escribir cada mañana, intentando desnudar el alma… En unos tiempos donde nos hemos negado el derecho a escucharnos.
Algunos me dicen que escribo muy largo y cada vez que me lo dicen, lo hago con más convicción… No por fastidiar, sino porque me niego a resumir mis sueños y experiencias en tuits de 140 caracteres.
En todo caso, mi respuesta en momentos de duda siempre ha sido la misma… Escribo porque me gusta la pedagogía Política y me gusta arriesgar y contar buenas noticias, porque sólo esas nos cargan la mochila de esperanza y sólo desde la esperanza se puede cambiar el mundo.
Y en este contexto… un día cualquiera, la semana pasada… Me llega un mensaje desde Perú, de una amiga muy especial, que me cuenta esto que transcribo esta mañana de lunes…
Ya te adelanto que sí, que un día más lloré. Es cierto que lo hago muy a menudo…, tanto con las alegrías como con los dramas, porque me niego a venir llorado de casa.
“Nachito querido… A miles de km y sigues estando tan presente.
Tengo una historia muy bonita que contarte. Sabes? A veces uno hace el bien a personas que ni siquiera conoce y sin ser consciente de ello. Y ese eres tú querido Nachito.
Te cuento.
La vida me trajo a Piura hace 5 años, casi por casualidad, como todas las cosas importantes que me han pasado en la vida. Vine por un proyecto de ingenieros sin fronteras, pero coincidí con Gabi y el tiempo se paró de repente.
Había visto muchas realidades duras en Sudamérica pero lo que vi y sentí en aquel momento fue transformador. La miseria y la crueldad caminando de la mano con la vida en mayúsculas y la bondad sin límites todo en la misma comunidad.
Gabi y su organización es el motor de vida más grande que he visto nunca. Transformar el mal en bien incondicional. Han pasado épocas muy duras, dependen de donaciones y les han retirado muchísimas por nuestra paradójica crisis… pero ellas siguen aquí sin reblar, multiplicando día a día panes y peces.
Gabi es una mujer con luz propia y por eso ilumina por donde pasa. Y pase por lo que pase, jamás ha perdido la sonrisa.
Por casualidad, leyó a través de mi página varios textos que tu publicabas en Facebook y me confesó que le dieron paz, ánimo y esperanza para seguir caminando.
Ayer, en un sitio inhóspito del Perú mas pobre, me contó que muchos días al levantarse buscaba lo que habías escrito, como quien toma su medicina para afrontar un día lleno de dolor.
Fui tan feliz de escuchar eso… aquí a miles de km estabas tan presente y haciendo el bien sin saberlo.
Te mando un abrazo inmenso Nachito querido.”
Querida Sofía, no se qué decirte, todavía conmovido. Sin duda, tu correo me ha dado fuerzas para seguir unos años más alimentando esta ventana de sueños, a pesar de la que está cayendo… Y te puedo asegurar que tengo muchas ganas de viajar a Perú, a Piura y darle un abrazo de ánimo y gratitud eterna a Gabi, que a partir de ahora, caminará -a la lado de tanta gente- en mi corazón.
Gracias Gabi, gracias Sofía y gracias a toda la gente que trabajáis en miles de proyectos de cooperación al desarrollo en todos los lugares del mundo, pegados a los desvelos de los nadies, para hacer crecer sus dignidad y su felicidad.
Me cuenta Sofía que CANAT es una ONG sin ánimo de lucro, promovida por los jesuitas, comprometida con el desarrollo integral de los/as niños/as y adolescentes trabajadores/as de Piura.
Un trabajo que busca contribuir a su inclusión social, económica, política y cultural, promoviendo el desarrollo de sus capacidades, habilidades y destrezas y la práctica de valores éticos y cívicos a partir de sus propias expectativas, experiencias y su involucramiento directo en la dirección de la institución.
Gracias a tanta gente buena que solo es noticia cuando la sociedad quiere curar su mala conciencia, mientras cada día condena al pozo de la exclusión a miles de personas de todas las diversidades del planeta.
MANITOS - CANAT - PERÚ 