Todo un año vivía en Piura, trabajando como voluntario en CANAT. Eso fue en 2014/ 2015.
Este año tuve la suerte de poder regresar a Piura y quedarme un mes allá. Una vez más me dí cuenta que el trabaja que hace CANAT es algo maravilloso y verdaderamente único.
El equipo trabaja con energía, paciencia y con mucho amor.
Yo mismo pasé un tiempo bonito, porque tanta gente me recibió con los brazos abiertos.
Hay un espíritu entre los/las trabajadores/as y voluntarios/as que nos une.
Me fui a mi país lleno de recuerdos bonitos y la fe en amistades fuertes que pueden durar años aunque unos estan lejos y separados.
Sólo me queda decir gracias. Gracias CANAT. Gracias Piura y gracias a toda la gente que me hizo tener un mes inolvidable.